A un juez (cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia)
Engorda felizmente en el olvido,
y firma sin remilgos las sentencias,
augura la extinción de las esencias,
y burlas le hace a aquel que lo ha sufrido.
Le aprieta mucho más el sinsentido,
que la razón, no atiende a consecuencias,
y mide sin medir las diferencias,
de ser o de caer en el olvido.
No piensa nada más, respira y come
parásito holgazán, de los mejores,
no atiende a nadie ni se lo propone.
Para los cerdos no nacen las flores;
el hombre se propasa y Dios dispone,
al fin siempre se pagan los errores.
26/11/20 j.ll.folch
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