El sobreprecio
Pague con mi dolor mi servidumbre,
brinde sin un temor por mi deseo,
el conquistar sin más esa alta cumbre,
y ahora soy de mi mí propio reo.
Busque con el placer tener costumbre,
y ahora soy aquello en que no creo,
mezclado junto a tanta muchedumbre,
un niño solitario en el recreo.
Que poco ha de valer ser uno mismo,
si todo lo demás no tiene precio,
si nada es ya verdad solo es cinismo.
Tan solo vive bien el que es un necio,
una pieza sin más del mecanismo,
el que paga su propio sobreprecio.
28/11/21 j.ll.folch

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