Rigores
Sabe el placer comprado, a la amargura,
y la pasión no sabe a casi nada,
no oye la voz el sordo a la llamada,
y la ilusión se halla en zona oscura.
Quien no verá en todo ello a la tortura,
y no podrá salir si no halla entrada,
todo es en fin maldita encrucijada,
entre razón y la misma locura.
Va sin temor aquel que nunca jura,
para él cualquier palabra siempre es muda,
y es porqué poco o nada está a su altura.
Mas sufre más aquel que pide ayuda,
que quien rendido cae a la premura,
deja pasar placeres que son duda.
25/5/22 j.ll.folch

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