De santos sin soldados
Un viejo en un rincón rompiendo hormas,
y un joven navegando a la deriva,
no hay flor que sin regarla crezca y viva,
ni modo de guardar sin más las formas.
El charlatán predica unas reformas,
mientras el vendaval el fuego aviva,
el vividor cualquier problema esquiva,
pasando por encima de las normas.
Aviso de tragedia, de inmediato
resurge la sordera de unos cuantos;
resulta de escucharlo un tanto ingrato.
Un viejo en un rincón guardando llantos,
y un joven naufragando con recato,
engrosando la lista de los santos.
19/1/22 j.ll.folch

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Me ha venido a la mente el Speaker’s Corner del Hyde Park de Londres al leer tu poema, pero como si fuera un cuadro. Excelente poema. 😊
Ok gracias y saludos